La microrreserva Bec de l’Àguila ha sido declarada Paraje Natural. Así ha sido decretado por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica a través de una publicación en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV).
Se trata de una zona natural colindante con los términos de San Vicente del Raspeig, Alicante y Xixona y en el entorno al río Monnegre, y que ahora se ha convertido en la primera del extenso territorio de Mutxamel en recibir esta distinguida calificación. Ya en 2008 fue catalogada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y hace seis años el ayuntamiento mutxameler solicitó incrementar todavía más su protección legal con este nuevo estatus que ahora recibe.
Se puede llegar en autobús a través de la línea M-1 a Valle de Sol
Cómo llegar
El Bec de l’Àguila es una zona montañosa especialmente apreciada por los senderistas, pues a pesar de su reducido tamaño ofrece una gran variedad de flora, fauna y paisajes. A pesar de ello son muchos los mutxamelers que desconocen su existencia dado que se encuentra a unos 10 kilómetros al norte del núcleo urbano.
Se puede llegar en coche fácilmente, aparcando en la zona de Valle de Sol. Aunque no existan demasiadas plazas de aparcamiento en esta área de chalets, no es difícil estacionar dado que apenas hay tráfico en sus calles.
Otra opción es acudir en autobús a través de la línea M-1 que sale desde el centro de Mutxamel. En este caso conviene comprobar antes los horarios de salida y vuelta pues son limitados. La parada más cercana al lugar donde comienzan los senderos está situada en la calle del Pistilo.
E incluso hay quien llega hasta aquí en bicicleta, lo cual no es sencillo pues gran parte del trayecto es cuesta arriba, pero es perfectamente factible.
Entrada al paraje
Los visitantes que acudan en coche pueden incluso entrar con su vehículo dentro del paraje del Bec de l’Àguila, dado que los primeros 800-1.000 metros del recorrido discurren por un camino que, si bien no está asfaltado, es lo suficientemente ancho como para que se pueda circular sin grandes problemas. Quizás sea una buena forma de ahorrarse una parte de la caminata, aunque nosotros recomendamos que este trayecto se realice a pie pues sin duda se disfruta mucho más.
A partir del primer cruce, aquí ya no queda otra opción que bajarse del coche… aunque algunos valientes ciclistas se atreven incluso a circular por los senderos más estrechos y empedrados de la zona, donde ya los vehículos no pueden meterse de ninguna manera.
En este punto el visitante debe elegir si opta por continuar hacia el Barranc dels Cocons (cuesta abajo) o hacia el camí dels Cocons (cuesta arriba). Si elige la primera opción disfrutará de unas tremendas vistas de toda la comarca de L’Alacantí, una genial perspectiva aérea de los municipios de Mutxamel, Sant Joan, El Campello y Alicante con el Mediterráneo de fondo. Si opta por la segunda, seguirá adentrándose hacia la montaña y le aguardarán todavía algunas sorpresas por descubrir.
Las minas de ocre fueron abandonadas en los años 40
Las minas de ocre
Caminando por el citado camí dels Cocons llegamos a la antigua zona minera, donde antaño se extraía el preciado material del ocre. En un primer tramo veremos algunos huecos y pozos excavados en el suelo. Un poco más adelante llegamos al lugar de entrada a las galerías subterráneas de las antiguas minas.
Las extracciones por esta zona comenzaron a efectuarse hacia finales del siglo XIX. El ocre era frecuentemente utilizado como pintura o pigmento dado su característico color rojizo. También con fines medicinales debido a su composición de óxido de hierro. E incluso algunos industriales ‘tramposos’ lo empleaban para aumentar artificialmente el grosor y el color del chocolate, haciéndolo así más apetitoso.
Posteriormente se fueron encontrando productos químicos sustitutivos para todos estos fines y las minas del Bec de l’Águila se abandonaron hacia los años 40. Afortunadamente aún quedan numerosos restos que atestiguan su existencia.
Las cumbres
El paseo hacia las minas de ocre se puede antojar un poco duro a pleno sol, pero sin duda merece la pena caminarlo al completo. Además, yendo sin prisa bien podemos descansar a mitad del trayecto resguardados en la sombra de algún árbol.
Los más aventureros tienen incluso la posibilidad de subir hasta la cumbre del Bec de l’Àguila o la cercana montaña del Sabinar. Quien escribe estas líneas reconoce que no llegó a encumbrar dichas cimas, pero a buen seguro las vistas desde allí deben ser espectaculares.
El nuevo estatus permitirá al Ayuntamiento aumentar la protección urbanística de la zona
Flora y fauna
El nuevo paraje natural reconocido oficialmente por la Generalitat comprende un área de 467 hectáreas, incluyendo el Bec de l’Àguila, el Barranc dels Cocons y el Tossal Redó. Los amantes de la flora pueden hallar especies como palmito, el rabo de gato, cantueso, tomillo o la creuadeta d’Alacant que están protegidas.
También algunas animales como el eslizón ibérico, el sapo partero común, la culebra de herradura, el alzacola y el camachuelo trompetero. Sin desdeñar todas las aves que por aquí sobrevuelan como el águila-azor perdicera o el halcón peregrino.
Nuevas restricciones
El principal cambio que supone la adquisición de este nuevo estatus para la zona es que se limitarán más las construcciones urbanísticas. Estas cuestiones, así como las normas que deben respetar los visitantes, se establecerán en la nueva ordenanza específica del Paraje Natural Bec de l’Àguila que el Ayuntamiento debe aprobar en el plazo máximo de un año.
Asimismo, el Ayuntamiento pretende crear un Consejo de Participación a modo de órgano consultivo para conocer la nueva reglamentación. Estará formado por tres miembros elegidos: uno por el pleno municipal, otro por la Conselleria y el tercero por los vecinos que tienen propiedades en el Paraje Natural.