Entrevista> José Vicente Bonete / Restaurador (Elche, 12-febrero-1979)
El pasado octubre culminaron los trabajos de restauración de piezas artísticas procedentes de la iglesia de El Salvador. Ha sido una labor que ha precisado de varios años para poner a punto muchas obras que estaban ya algo deterioradas por su uso durante las procesiones de Semana Santa o simplemente por el paso del tiempo.
Conversamos con José Vicente Bonete Ruiz, quien se ha encargado de realizar todos estos trabajos y se ha convertido ya en el restaurador oficioso de la localidad. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de València y la Academia Aldo Galli de Como, lleva años en el oficio y ha restaurado muchas otras piezas históricas de nuestra provincia, como las esculturas de Salzillo en Orihuela o el Cristo Resucitado de Elche.
¿Cómo te surgió lo de ponerte a restaurar piezas religiosas de Mutxamel?
Hacia 2015 el Ayuntamiento contactó con el Instituto Valenciano de Restauración y yo vine para restaurar los cuadros de la carroza procesal de la Virgen de Loreto. A partir de ahí restauré también los cuadros del ábside y varias cosas más, tanto de la iglesia como municipales. Luego me puse con la imagen de la Virgen de Loreto, la carroza y parte del retablo.
«Antiguamente se reciclaba mucho más de lo que la gente cree»
En octubre se dedicó una exposición a las piezas de la Virgen de Loreto restauradas. ¿Cuál dirías que es la más valiosa?
Fueron seis obras cuya restauración financió el Ayuntamiento. La principal yo creo que era el cuadro del ‘Milagro del azud’, que es de lo más antiguo que hay en la iglesia. Fue pintado por Evaristo Muñoz en el siglo XVIII y parece ser que pertenecía al antiguo templo que estaba antes de que se construyera el actual. Es además una obra muy representativa de Mutxamel, ya que reproduce tanto a la patrona como el milagro.
Desde que se construyó la iglesia actual el cuadro ha estado en el altar mayor, pero creemos que en la antigua tenía otra ubicación. Sobre todo porque lleva una inscripción relatando el milagro escrita con una letra muy pequeña y además la obra está hecha con mucho detalle que solo se aprecia viéndolo de cerca.
Así que no tiene mucho sentido que originariamente fuera colocado a cinco metros de altura. Se sabe que la imagen de la patrona antes estaba en una de las capillas laterales, y seguramente los cuadros del Azud y de la Lágrima estuvieran puestos a cada lado suyo.
Además has restaurado el arca-relicario del Jueves Santo.
Sí. Es una especie de baúl que calculamos del siglo XVIII y lleva incrustaciones de reliquias de santos. Algunas teorías apuntan a que procedería del antiguo convento franciscano que había en Mutxamel.
Es una pieza muy llamativa porque tiene muchos dorados y dibujos, pero a la vez fue realizada con materiales bastante pobres y reutilizados. Porque en contra de lo que la gente suele creer, antiguamente se solía reciclar todo. Como el papel era carísimo, aquí hicieron el fondo de cartón pegando pergaminos de los siglos XVI y XVII.
«Se han repasado casi todas las imágenes de Semana Santa»
Y lo último con lo que has trabajado son las piezas de Semana Santa.
Esto surge a raíz de la firma de un convenio entre el Ayuntamiento y la Junta Mayor de Semana Santa. Después de dos años de pandemia en las que las cofradías no han salido a la calle y han tenido déficits muy grandes, se ha querido restaurar casi todas las imágenes y el conjunto donde se albergan.
Por eso aparte de trabajar con las piezas del Nazareno, el Descendimiento, el Santo Sepulcro, etc. también me ha tocado restaurar algunos de los retablos e incluso construir uno nuevo para la Virgen de la Soledad.
¿Cómo fue la restauración de la imagen de la patrona?
Fue un trabajo interesantísimo, porque tuvimos que abrir el relicario de plata que permanecía cerrado desde el siglo XVI para restaurarla. Así que tuvimos que desmontarlo y luego volverlo a montar.
¿Todo lo que has restaurado se expone en la iglesia?
Sí, porque todas las piezas son propiedad de la iglesia. Aunque existe un convenio firmado con el Ayuntamiento para que puedan ser cedidas temporalmente a espacios municipales en exposiciones temporales.
Las piezas han vuelto por tanto a su ubicación original. Según me han dicho en la parroquia, ahora están buscando un nuevo lugar donde exponer el arca-relicario ya que antes lo tenían guardado en la sacristía y la gente no lo podía ver.
«Los adolescentes se interesaron mucho por este oficio cuando vinieron los institutos de excursión»
A finales del curso pasado vinieron de varios institutos en excursión para conocer tu trabajo. ¿Qué tal fue la experiencia con los chavales?
Esto fue para presentar el arca-relicario en la Casa de la Cultura. La verdad es que estuvimos muy a gusto y me hicieron muchas preguntas. Me llamó mucho la atención que estuvieron atentísimos e incluso algunos se interesaron sobre el oficio de la restauración y los estudios necesarios para dedicarse a esto.
Me pareció una gran iniciativa, porque es bueno que los jóvenes conozcan estas cosas y provocarles inquietudes.
¿Queda algo de patrimonio histórico en Mutxamel que se debería restaurar?
No te sabría decir porque yo no soy de aquí y no conozco mucho más del ámbito que me ha tocado trabajar. La verdad es que la iglesia está bastante bien conservada. Seguramente quedarán cosas por hacer más a nivel del patrimonio etnológico. De hecho recientemente se han restaurado unos relieves en el Azud.
Aún con todo, está claro que el principal patrimonio histórico-artístico que tiene Mutxamel gira sobre todo en torno a su iglesia.