Nuestros abuelos siempre recalcan que el frío de los actuales inviernos es sensiblemente inferior al de décadas pasadas, pese a que las temperaturas en enero y febrero fueron realmente bajas. Los ciudadanos de Alcoy conocen perfectamente la histórica nevada de las Navidades de 1926, cuando un intenso temporal colapsó el municipio.
Esas Navidades, de hecho, fueron inolvidables para todos sus habitantes -también para muchos otros alicantinos-, cuando la nieve alcanzó territorios poco o nada acostumbrados a su presencia: provocó la paralización de la vida económica al no poder circular por las carreteras, aislando a Alcoy y otras localidades, y dificultó la vida urbana al cortarse los servicios de comunicaciones.
Frente polar
El 23 de diciembre de ese año un frente polar se ubicó sobre el Mediterráneo Occidental y la península ibérica, que afectó especialmente al suroeste del país entre los días 24 y 27, en plenas fechas festivas. En Alcoy este acontecimiento meteorológico adquirió pronto tintes dramáticos, una referencia histórica para sus ciudadanos.
La intensa nevada, denominada ‘nevá grossa’, se produjo entre el sábado 25 y el lunes 27 de diciembre, y fue el domingo el día que cayó con más fuerza. Los diarios de la época señalaron que la copiosa ventisca, “aunque al principio no se manifestó violentamente, de inmediato lo hizo de una forma imponente y amenazadora”. Las consecuencias fueron súbitas: impedía incluso la salida de los periódicos las jornadas siguientes.
La nieve en principio no se manifestó violentamente, pero pronto lo hizo de forma imponente y amenazadora
La ciudad, incomunicada
No se tienen registros de las temperaturas alcanzadas en Alcoy, aunque se piensa que bajó más allá de los -7ºC. La ciudad se vio profundamente afectada: quedó incomunicada y los servicios públicos de telégrafos, teléfono, electricidad y ferrocarril sufrieron importantes averías.
El aislamiento ferroviario con Gandía se prolongó hasta el 30 de diciembre, mientras que con Xàtiva la incomunicación se mantuvo más días. El bloqueo por carretera fue mayor, debido a la escasez de medios para despejarlas y fue el 12 de enero cuando se normalizó el camino hacia Alicante, vía Ibi.
La famosa Carrasqueta tardó bastante en reestablecerse e incluso, antes de estar totalmente transitable, se produjo una segunda nevada -el 19 de enero de 1927- que complicó de nuevo la situación.
Los servicios públicos de la ciudad sufrieron importantes averías debido a la llamada ‘nevá grossa’
No se podía ni caminar
La gran cantidad de nieve caída, evidente en las calles y tejados alcoyanos, hizo que hasta tres días después no se pudiera caminar por las vías. Para ello se tuvieron que crear pequeñas brechas en las principales avenidas de Alcoy y trece jornadas más tarde la nieve todavía era visible.
Otro grave problema debido a la acumulación de nieve fue la dificultad para recoger la basura. Los vecinos, ante la imposibilidad de conservarla en casa, empezaron a arrojarla sobre la nieve blanca, por lo que las calles de la ciudad quedaron como un auténtico estercolero.
Hasta tres días después no se pudo caminar por las calles y tuvieron que hacerse pequeñas brechas en las vías
Industria y zonas rurales
La industria alcoyana, que pasaba esos años por una situación complicada, vio cómo diversas fábricas quedaban perjudicadas: un sinfín de tejados se derrumbaron al no poder soportar el peso de la nieve y las consecuencias tanto laborables como económicas fueron graves.
En las zonas rurales y montañas alrededor de Alcoy la nieve permaneció más tiempo y, sin haber desaparecido del todo, se unió con la caída en la mencionada nevada del diecinueve de enero.
Uno de los datos más llamativos de la nevada de 1926 es la altura que alcanzó, indicada en una placa situada en la ermita de la Virgen de los Lirios, en el santuario de la Font Roja, a 1.100 metros de altitud. “Hasta aquí llegó la nieve el veintisiete de diciembre de 1926: 2,10 metros”, marca la placa. En la ciudad el espesor rondó el metro de altura.
1980
En enero de 1980, el día 13, los peores augurios se volvieron a cumplir y Alcoy sufrió una nueva nevada de grandes proporciones. La efeméride meteorológica dejó un espesor de sesenta centímetros de nieve en algunos puntos del casco urbano, que tuvo efectos desastrosos sobre la economía de la ciudad a causa del derrumbe de numerosas fábricas.
Sin duda, esta nevada de 1980, de más de treinta horas, está considerada -junto con la histórica de 1926- el episodio más relevante de nieve vivido en Alcoy a lo largo del siglo XX. La ciudad quedó una vez más incomunicada y sumergida en un verdadero torbellino de colapsos.
Caminar por las calles era una odisea y eran constantes los cortes en el suministro eléctrico. Bajo la coordinación del ayuntamiento, se movilizaron numerosos efectivos de las fuerzas del orden público y el ejército para mantener algo de normalidad ante aquel desastre natural. Se encargaron de repartir víveres por las casas y atender todo tipo de peticiones de socorro.