Entrevista> Beatriz Hurtado / Artesana del vidrio (Almoradí, 31-julio-1972)
Beatriz Hurtado comenzó su vida laboral ejerciendo como administrativa en empresas, un trabajo que nada tiene que ver con la artesanía, pero ver a su hermano trabajar el vidrio despertó en ella una pasión que la llevó a abandonar ese trabajo ‘cómodo’ en la oficina, para convertirse en artesana del vidrio.
Desde este periódico hemos contactado con ella para conocer mejor las luces y sombras de este oficio tan antiguo que se remonta al 4000 a.C., cuando se empezaron a tallar puntas de flechas, cuchillos, monedas e incluso amuletos y collares.
¿De dónde viene su interés por este material?
Mi padre era cristalero de obra junto a mi hermano, al que empezó a gustarle el mundo de las vidrieras. Realizó cursos y se hizo vidriero; de hecho, realizó una de las vidrieras que hay en la Concatedral de San Nicolás de Alicante.
Al ver lo que se podía hacer con vidrio y las manos, empecé a ayudarle y lo dejé todo por ello.
«Fundir varillas de vidrio de Murano con soplete es la técnica que me fascina»
¿Cuánto tiempo lleva dedicada a la artesanía?
En este mundo llevo ya quince años, y me dedico a vender en ferias de artesanía, mercados medievales y en mi taller de Almoradí. En verano me traslado a Vera playa (Almería), y allí disfruto de aquella zona vendiendo lo que hago en invierno.
¿Qué técnica utiliza en sus creaciones?
La técnica que me fascina es fundir varillas de vidrio de Murano con soplete. También utilizo otra técnica que se llama ‘Fusing’, que se hace en horno y con vidrio plano. Estas técnicas las utilizo para hacer joyería, montando mis piezas con plata, trenzando algodón encerado o con minerales.
Otro método que empleo es ‘Tiffany’, que es para hacer las vidrieras, pero yo la utilizo para hacer pequeños objetos de decoración.
¿Cuáles son los tipos de productos que más vende?
Sobre todo, vendo joyas artesanales en vidrio, colgantes, pendientes, pulseras, etc.
¿Le hacen encargos? ¿Qué es lo más raro o costoso que ha hecho?
Los encargos más normales son los accesorios para que combinen con la ropa para algún evento, elaborar colgantes u otras piezas que representen a sus mascotas, y también me encargan rosarios.
Ahora estoy haciendo algo muy especial a lo que llamo ‘Joyas con Alma’. Se trata de pulseras, rosarios, llaveros… Puedo darle la forma que quiera el cliente, y las hago con las cenizas de cremación de sus seres queridos incrustadas.
«‘Joyas con Alma’ son piezas muy especiales que contienen cenizas de nuestros seres queridos»
¿Qué cree que tiene de especial comprar un producto artesanal en una sociedad en la que, cada vez más, la producción se hace en masa?
Lo más especial es tener algo que es exclusivo y esté hecho con mucho cariño, esfuerzo y dedicación.
Las piezas artesanales tienen mucha más calidad que las hechas en serie. Detrás de esa pieza hay una persona que ama su trabajo.
¿Cuál es la problemática que se encuentra un artesano a la hora de vivir de su trabajo?
El problema de la artesanía es que no se valora el tiempo que invertimos para diseñar, practicar, tirar una y otra vez material hasta que la pieza salga como tú quieres.
También los costes de los materiales son cada vez más elevados, y luego, cuando los clientes ven nuestro trabajo, tenemos que soportar a algunos que no lo valoran y sueltan frases como «eso lo hago yo», o «en el chino está más barato». Incluso otros hacen fotos de tus creaciones para buscarlas después en plataformas online sin saber que eso es imposible, porque se trata de una pieza única que sale de mis manos.
¿Le daría algún consejo a alguien que quiere empezar a trabajar el vidrio?
Que le tiene que gustar porque esto consiste en practicar y practicar, dejar volar tu imaginación y no tirar la toalla a la primera. No es nada fácil ganarse la vida como artesano del vidrio.
«El principal problema de la artesanía es que no se valora el tiempo y esfuerzo que invertimos para crear cada pieza»
¿Cómo ve el futuro de la artesanía en vidrio?
Aunque últimamente se ve un poco más de interés por la artesanía y yo no lo pienso dejar, creo que está en peligro de extinción. Antiguamente había fábricas de soplado de vidrio, pero ahora prácticamente está todo mecanizado, y las que quedan son museos demostrativos del oficio.
Además, el elevado coste del gas hizo parar una temporada algunas de las fábricas de vidrio de Murano, lo que supuso un aumento del precio del vidrio que los artesanos apenas podemos asumir.
¿Dónde podemos encontrarla?
Tengo mi taller en Almoradí (calle Santos Abdón y Senén, 4), y me encanta recibir visitas, que vayan a ver cómo trabajo y poder mostrar todas las técnicas que utilizo con el vidrio.
También estoy todos los primeros sábados de cada mes en la plaza de la Constitución, junto a mis compañeros artesanos de Almoradí ‘Tribu Artesana’.