Se convirtió en costumbre. Llegaba la feria y, si eras eldense, tocaba visita, y hasta podías llegar andando; si venías de fuera, de la provincia o incluso del resto de la Comunidad Valenciana, o de Almansa, Benavente, Madrid o Extranjería, pues que también tocaba visita: autobús, coche particular, taxi, tren o quizá avión.
El rito se mantuvo entre 1960 y 1991. La eldense Feria Internacional del Calzado e Industrias Afines (FICIA), a principios de marzo, supuso una arriesgada apuesta, pero triunfó.
Desarrollismo
FICIA llega cuando comienza a templarse el Plan de Estabilización y Liberalización (diecisiete de julio y cinco de agosto de 1959), el famoso desarrollismo, para crear, y nutrir, una clase media cuyas necesidades generasen las infraestructuras pertinentes para atraer también divisas extranjeras, capital allende las fronteras.
La enseña más famosa será el turismo, hoy añeja estampa de bikinis en blanco y negro, pero se trataba de abrirse al máximo capital foráneo.
La muestra llegó con el comienzo del desarrollismo
De vueltas entre escaparates
Para la chavalería, un día, siquiera una mañana, en FICIA podía representar lo que ahora ir a un centro comercial, pero sin las diversiones actuales: o una pasada o muy aburrido el pasearse, planta a planta, aquel edificio preñado de escaparates monotemáticos. Calzado y más calzado. De cuando en cuando, algún pase, por ejemplo, esos a medio telón, donde las modelos solo enseñaban las piernas, para poder fijarse en botas, sandalias, zapatillas o zapatos, y hasta alguna chancla, pantufla o zueco.
Bueno, la chavalería intentaba, con mucha o ninguna malicia, ver algo más. Hasta que les llamaban la atención. También estaba el aliciente de conseguir un broche (un ‘pin’) o uno de aquellos gruesos catálogos con las firmas expositoras. En la página derecha, los datos de la empresa (mercado, producción, representantes…), negro sobre blanco; en la otra, aquellas láminas en colores con el anuncio de la sociedad, a veces con esos nombres tan sonoros: Kickers, Mocasín, Panter…
El complejo de edificios se inauguró en 1964
Colegios y pabellones
El sueño desarrollista lo concretará el concejal eldense de origen monovero Roque Calpena Giménez (1921-1998), más tarde senador por la Unión de Centro Democrático o UCD (1977-1982), primero en plan tanteo: el seis de septiembre de 1959 se celebra, prácticamente con el arranque de las Fiestas Mayores, el primer Certamen de la Industria del Calzado de Elda, en las Escuelas Nacionales Padre Manjón. Se transforma al año siguiente en la I Feria Nacional del Calzado e Industrias Afines, en el mismo sitio.
Hay que seguir creciendo, y la feria se internacionaliza: en 1962, se convierte en FICIA, que potencia los titulares, y no solo en las publicaciones especializadas. De esta forma, se decide proporcionarle al acontecimiento anual mayor autonomía: en 1964 se inaugurará, colindante a la avenida Chapí, el complejo que habrá de servirle desde entonces de sede: tres mil metros cuadrados con un pabellón de exposiciones anexo a un edificio de oficinas. Pero la muestra sigue creciendo: en 1974 se alcanzan los cuarenta mil metros cuadrados.
El veintiuno de septiembre de 1991 se retiraba el mobiliario
Después del desahucio
En la actualidad, cuando marchamos por la avenida, lo primero que nos sale al paso, donde estuvo FICIA, es un lujoso hotel, seguido de un restaurante y, con plaza-patio exterior, sin sombras, el Museo del Calzado y el Aula de Elda de la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) Elche. Bien, también hay un aparcamiento público cubierto y otro exterior.
Y la Fundación FICIA, constituida el tres de Julio de 1981 para potenciar, mediante formación y fomentando investigación y creatividad, la industria eldense del calzado.
Todo ello crece sobre las cenizas de una feria que buena parte de la provincia sintió como muy suya. Resulta fácil el rememorar cómo lo lamentaron los alicantinos en general, y los eldenses en particular, cuando el veintiuno de septiembre de 1991 se procede a desahuciar el palacio ferial de todo mobiliario.
La idea que cundió es que a la feria del calzado se la llevaban “a Valencia”. En realidad, se quedará en la provincia (FUTURMODA).
El pasado y los deseos
Elda, a la sazón, era la única ciudad en la provincia con un montaje semejante, así que en 1986 se crea aquí la Institución Ferial Alicantina (IFA). Se comienza a presionar a Elda para que ceda: pequeña, dicen. ¿Por qué no en el capitalino Madrid, o en la capital comunitaria, en Valencia? Se desata la guerra de las ferias para desubicar IFA, y el consistorio correspondiente cede. Al menos, su hija IFA consigue quedarse en la provincia.
Alicante y Elche habían apostado por crear una gran superficie comercial entre ambas zonas metropolitanas, en la pedanía ilicitana de Torrellano: en la Navidad de 1982, se inauguraba a bombo y platillo el Hipermercado Mamut.
Poco duró, y el complejo (19.685 metros cuadrados más siete hectáreas para aparcamientos) acabó abandonado. Finalmente, en 1991 se convertía en IFA (luego hubo que reorganizarla, relanzándola en 2014). Ahora, décadas después, se escuchan voces que reclaman el rescate de la antigua FICIA, volver a materializar los sueños.