Entrevista > David González Baraza / Músico y profesor de primaria (Terrassa, 20-mayo-1991)
Creonte es el nombre artístico que encontramos detrás de la persona de David G. Baraza. El artista ha realizado una gira acústica en casas de gente que así lo ha solicitado, a lo largo y ancho de nuestro país.
La ha realizado junto a Ann, una amiga personal que le acompaña con su voz. Un nuevo concepto que busca la cercanía con sus seguidores en un formato diferente y original.
¿Cómo describes tu proyecto?
Creonte es mi proyecto personal, es la forma de sincerarme conmigo y soltar todo aquello que siento, que duele, que admiro, que busco, que quiero aceptar de mí. Nació a raíz de pasarlo muy mal a nivel anímico en el confinamiento y me sirvió para adentrarme en mí y conocerme, aunque encontrara cosas que no me gustasen. Una especie de sanación.
El sonido es oscuro y pesado, con atmósferas que envuelven y hacen que se necesite adentrarse en ellas para entender las letras. Siempre existe la esperanza y las ganas de luchar para conseguir algo o la aceptación.
«Creonte ha sido una especie de sanación»
Has realizado una gira, de casa en casa por toda la geografía nacional junto a la cantante Ann. ¿Qué tal ha sido la experiencia?
Ha sido una aventura muy bestia que nos ha dejado con resaca emocional. La idea me surgió tres semanas antes de realizarla y dos semanas antes le dije a Ann, que la había conocido poco antes, si se venía a presentar mi proyecto en acústico por rincones de casas de quien nos acogiera, haciendo 3.500 km, 13 conciertos en 12 días, cada día en una ciudad diferente. Me dijo que estaba loco pero que sí a todo.
En cada ciudad ha sido único, hemos conocido a gente maravillosa con la que hemos compartido experiencias muy profundas y que nos ha dado mucho cariño.
¿Qué es lo más loco que os ha pasado en la gira?
Nos ha pasado de todo. En la mitad de las ciudades que teníamos marcadas no teníamos casa asegurada, bien sea buscando a través de gente conocida o por couchsurfing. Por suerte, amistades nos fueron consiguiendo casas, albergues, hostels…
Ha sido un no parar porque cada mañana la dedicábamos a gestionar el concierto de esa noche y el de la siguiente, no nos daba para más. Y luego estar con quien nos acogía, hacer kilómetros, concierto, a veces sin voz y con miedo para el siguiente, compartirnos con quien nos escuchaban, dormir poco y vuelta a empezar.
«Es genial poder llamar la atención de forma diferente»
¿Por qué has recurrido a ese formato? ¿Hay que saber reinventarse constantemente?
Soy consciente de que mi proyecto no es fácil de escuchar. Hay que dedicarle atención a la música y a las letras para poder disfrutarlo realmente. Me apetecía presentarlo de una forma cercana, íntima, conociéndonos entre las personas que convivíamos durante unas horas, y en el concierto explicando mis canciones como un camino que se va recorriendo para poder remover un poco y no dejar indiferente a nadie.
Cogí la idea de Pau Vallvé, que es un artista que admiro mucho y que realizó en 2015 una gira por casas de ciudades de Europa. Quise hacer lo mismo acompañado de la voz de Ann, y en muchas ciudades de poetas a los que también admiro, creando una experiencia diferente. Es genial poder llamar la atención de otra forma, independientemente de ser más famoso o más anónimo.
Has presentado el nuevo disco de Creonte, ¿qué encontramos en él?
‘Obra y Danza’ es un disco de historias que estaban muy dentro de mí y que nunca me había atrevido a adentrarme en ellas de una forma tan sincera, con un sonido oscuro, potente y a la vez delicado. Es un cúmulo de emociones y sensaciones.
Hay un camino, el orden de las canciones tiene un por qué y va adentrándose en la oscuridad para poder aceptarla y ver luz. Me gusta pensar que hay personas que aún escuchan discos enteros en el orden en el que vienen las canciones.
¿Cómo cambia el público dependiendo de cada lugar? ¿Has encontrado algunas diferencias?
Al ser conciertos tan emotivos y cercanos al público, donde al acabar todos compartíamos cena y experiencias, acabábamos hablando de una forma muy cercana, profunda, se creaba un espacio seguro y salían muchas emociones y experiencias. En cada sitio surgió de una manera diferente, con risas, con ojos vidriosos, con más artistas expresándose, pero en todos fue igual de intenso y bonito.
«Me gusta pensar que hay personas que aún escuchan discos enteros en el orden en el que vienen las canciones»
¿En qué otras ciudades, fuera de nuestras fronteras, te gustaría tocar y por qué?
Algo que me ha enseñado esta gira es que en los sitios que más gente espera uno puede que falle casi todo lo esperado. Cuando llegamos a Madrid nos quedamos sin casa y mucho público no pudo venir por mil imprevistos; pero luego en pueblos o ciudades donde apenas teníamos contacto con nadie, tocamos para muchas personas y recibimos comentarios increíbles. Soy feliz tocando en aquellos sitios donde quieren descubrirnos.
Por último, ¿cómo imaginas tu futuro musical? ¿Qué cosas te gustaría hacer?
Mi presente musical está en un proyecto paralelo con Ann y canciones suyas. Mientras, quiero dar forma a algunos bocetos míos, continuar colaborando y poniendo música a muchos artistas y poetas a los que admiro en la terreta, seguir tocando el bajo con mi grupo Finde Fantasma, poner en marcha una obra de teatro donde hago la banda sonora, y seguir buscando y creando conciertos para Creonte, tanto en acústico como en eléctrico con toda la banda.
Tengo suficiente para no pensar en el futuro y centrarme en el presente, que es muy bonito.