Entrevista> Pep Gimeno Montell ‘Botifarra’ / Cantaor tradicional (Xàtiva, 19-marzo-1960)
Pep Gimeno Montell ‘Botifarra’ es todo un referente en su arte, el de recuperar y adaptar antiguas canciones de la cultura valenciana. Extremadamente conocido en su comarca natal, La Costera, todavía rememora sus inicios, en la década de los setenta, cuando grababa las canciones que escuchaba de los hombres y mujeres mayores de los pueblos, especialmente de su abuela Otilia, que hablaba y cantaba a base de dichos populares.
Presenta ahora ‘Ja ve l’aire’, disco y sencillo, junto a Noelia Llorens ‘La Titana’, con la idea de rendir un merecido homenaje a todas las mujeres trabajadoras de su ‘terreta’, aquellas que sin descanso trabajaban de sol a sol en los campos y almacenes de naranjas u otras frutas.
Este nuevo disco de ‘Botifarra’, en el mercado desde principios de año, se presenta el 13 de enero en el Palacio de las Artes de Valencia, en un excepcional concierto que se enmarca dentro del círculo de músicas valencianas que, por primera vez acogerá el auditorio.
«Crecí con mi abuela Otilia, que era muy cantaora, y pensaba que cuando se muriera no se podían perder todas esas canciones»
¿Cuándo y de dónde surge el deseo de adaptar canciones de la tradición oral valenciana?
Bien pronto, ya desde los once años. Crecí con mi abuela, Otilia Borredà, procedente de la localidad de Benigànim, que era muy cantaora y cuando era bien pequeño no le sacaba el jugo a lo que me decía o cantaba. Sí pude hacerlo a partir de los diez-once años, porque pensaba “si se muere estas canciones no quedarán grabadas”.
Aparte, recordemos que en aquella época no nos dejaban hablar en valenciano y mucho menos cantar, es decir, que se hubieran perdido muchas canciones populares de esos tiempos. Por eso, poco después, a los diecisiete años empecé a grabar todo lo que escuchaba.
Me fui entonces a la mili, a Ceuta, y al regresar me introduje en un grupo que se llamaba ‘Sarau’, muy conocido en la comarca de La Costera y que también se dedicaban a recoger de la gente mayor canciones antiguas. De joven pensaba que lo que hacíamos era una locura, pero con el tiempo se ha convertido en una droga, porque cada vez me gusta más.
Es nuestra lengua, nuestra cultura y debemos protegerla.
Antes de tu primer gran éxito, en 2006, sobre todo hacías colaboraciones.
Hacía tantas colaboraciones que parecía la maleta de la Piquer (ríe). Piensa que yo vengo de las danzas y ‘Sarau’ tenía básicamente ese estilo. Seguidamente entré en la Escuela de Danzas de Xàtiva y, poco a poco, actuaba en las bandas que necesitaba a alguien, ya fuera en Alcoy, Ontinyent o Alzira.
Considera que las canciones son del pueblo, de sus tradiciones, sin ningún tipo de ideología política
Hasta que presentas tu primer disco, ‘Si em pose a cantar cançons’.
Lo lanzamos casi por casualidades de la vida y fue un éxito rotundo, tanto que a día de hoy todavía no me lo creo. En el fondo yo no quiero triunfar, sino que esta cultura tradicional perdure, porque yo obviamente también voy a morir.
Recientemente estuve en Manuel, una localidad cercana a Xàtiva, y tres o cuatro niños de unos diez años me pidieron si podían hacerse una foto conmigo, diciéndome ¡qué música más bonita haces! No sabes lo bonito que es eso.
Tu trabajo es único, recuperar la cultura musical valenciana, y por eso eres tan reconocido.
Sí, estoy muy agradecido por ello. El primer disco en solitario fue galardonado con el premio Ovidi 2007 al mejor disco de folk. Asimismo, y pese a contar con numerosas medallas y reconocimientos, también he tenido contratiempos con gente que no entiende lo que hago y se han llegado a enfadar.
Pero en el fondo debemos disfrutar del momento, de las canciones del pueblo, que no son ni de izquierdas ni de derechas, sino de las tradiciones.
A partir de ahí, triunfo tras triunfo.
Han sido nueve discos, solo o con colaboración de artistas de la talla de Ahmed Touzani, Pau Cháfer o Quico el Cèlio. Del mismo modo, como decía anteriormente, numerosos reconocimientos, como el Premio Enderrock, la Distinción de la Generalitat Valenciana al Mérito Cultural, la Medalla de Honor del Consejo Valenciano de Cultura o el Premio 9 de Octubre del Ayuntamiento de Xàtiva.
‘Ja ve l’aire’ es mi décimo disco de estudio, editado por El Mico Entertainment.
«Todo lo que soy se lo debo a las mujeres, que son las que han conservado la cultura, las canciones y la lengua»
¿Qué quieres expresar con ‘Ja ve l’aire’?
Es una canción de los almacenes, aquellos en los que las mujeres han tenido que trabajar tanto. Es una protesta, porque ‘Ja ve l’aire’ (ya viene el aire) es el del mediodía, en el cual ha venido un pajarito a traernos la alegría.
Me refiero a que en esos tiempos -en los cultivos de la naranja, por ejemplo- a los amos había que decirles que trabajar tanto no tenía sentido ni razón de ser.
¿Le debes mucho a las mujeres?
Sin duda. La canción también es un agradecimiento a las mujeres, porque siempre lo he dicho, gracias a ellas estoy encima de un escenario, ya que de todo lo que tengo grabado, el noventa por ciento es de canciones expresadas por mujeres.
Ellas han sido las que han conservado las costumbres, las canciones y, por supuesto, la lengua.
Colabora contigo en esa canción Noelia Llorens.
Sí, la llaman ‘La Titana’, es de Godella y realmente esta chica es una pasada. Hace seis o siete años no la conocía y un día que fuimos a actuar a La Llosa de Ranes mi cantaora se puso mala y ella la sustituyó. Lo hizo espectacular.
Esta canción, como señalaba previamente, quiero que sea para las mujeres, así que nada mejor que sea cantada por una fémina. El hombre solo no debe cantar, siempre mejor acompañado por ellas.
«En mis canciones mezclamos letras más nuevas, más actuales, sin perder nunca la esencia de lo antiguo»
También has recuperado expresiones y palabras olvidades del pasado.
Siempre me ha gustado y mira que mi madre siempre me decía, ‘lo viejo, al fuego’. Todo va relacionado: las expresiones, los dichos, las canciones o los trabalenguas, y busco conservarlo.
Los trabalenguas, por ejemplo, me encantan y sé muchos. En ocasiones me dicen, al relatarlo, que tengo magia.
¿Hasta qué punto es complicado recuperar ese tipo de dichos populares y hacerlos canciones?
Piensa que mis canciones vienen de mis antepasados, de la tía Emilieta, la tía Rosario, la tía Tere ‘la monja’, por supuesto mi abuela Otilia y mucha más gente, principalmente mujeres. También del tío Batiste, del tío Adrià, el tío Pijirri, el tío Trabuc…
Todas esas canciones las iba grabando en un radiocasete de la época, tendré al menos 500 cintas. Después, al no saber nada de música, lo que hacía era escuchar una y mil veces cada canción, hasta que la aprendía. De esta singular forma es cómo he preparado todas mis canciones.
Al componerlas, ¿primero la letra y después la música?
Normalmente la letra ya me la decían las personas mayores que he indicado. Lo que pasó fue que, al lanzar el primer disco, quisimos innovar un poco algunas letras antiguas por nuevas.
La letra de ‘Ja ve l’aire’, por ejemplo, la ha hecho Feliu Ventura. Lo que no quiero nunca es que se pierda la esencia de lo antiguo, porque es cultura popular.
Las canciones de la época las grababa primero en un radiocasete, del que guarda más de 500 cintas
En los inicios, ¿qué importancia tuvo Emili Vera?
Ahora sí me has tocado la fibra: a mi amigo Emili, que lamentablemente falleció hace tres años, le debo el noventa por ciento de todo lo que me ha pasado. Yo siempre he sido muy negado para las cosas, y él no dejaba de animarme.
Recuerdo que íbamos cantando por los pueblos y me decía “Pepe, tienes que hacer un disco”. Para mí era como un hermano mayor y yo le contestaba “¿tú crees, Emili, que yo un disco?”. Me remarcaba que no me daba cuenta, pero que cuando hablaba la gente se quedaba embobada.
A última hora le hice caso, así que todo fue gracias a él.
¿Comenzasteis juntos entonces?
Emili era farmacéutico y también mi guitarrista. Le conocí en 1980 cuando entré en el grupo ‘Sarau’, donde el tocaba al lado de su mujer, Tere. Pero poco después le surgió una farmacia en un pueblo llamado Zarra, próximo a Ayora, y perdimos el contacto.
Hasta que un día, años más tarde, en una carnicería veo a Tere, volvimos a retomar la relación y ahí comenzó la locura. Empezamos en la Escuela de Danzas y nos embarcábamos en todo, en una serenata, un concierto o en cualquier aventura.
Le tengo todavía muy presente y siempre que hago algo importante, está en mi mente y le nombro.
Te identificas con el ‘Cant de Batre’ (el canto de trilla).
Eran cantos que se hacían al segar, en el campo. Este tipo de cante es el más antiguo que existe en la Comunidad Valenciana, aquel que cantaba el tío Batiste, el tío Alfredo y tantos otros. El ‘cant de batre’ no sale de la garganta, sale del corazón.
¿Eran, por lo tanto, tus ídolos?
Claro que sí, esos abuelos y abuelas eran mis mitos, mis ídolos. Cuando yo era bien joven e iba a grabarles, ellos trabajaban en el campo y prácticamente no sabían ni leer ni escribir. Yo pensaba “¿cómo es posible que canten tan bien?”, porque era una auténtica maravilla.
A veces vuelvo a escuchar las cintas y me entran ganas de llorar al ver lo bonito que lo hacían. Pero entonces no le daban valor. Si levantaran la cabeza y vieran cómo el cant de batre tiene ahora tantos seguidores…
«También le debo mucho a mi amigo Emili Vera, ya tristemente fallecido, quien me animó en todo momento a que hiciera un disco»
Por eso tu función es tan importante, Pep.
Mi mayor deseo, sin duda, es que este tipo de cante continue cuando yo no esté y no pare nunca.
Finalmente, ¿a quién quieres destacar entre tus múltiples acompañantes?
Todo mi grupo, que está conmigo desde que comenzamos, e incluso antes. Entre ellos, Paco Lucas, Néstor, Vicent Carrasco, mi amigo Emili, por supuesto, y lo más grande que es mi mujer, Fina Gómez.
Le doy gracias infinitas a ella por tanto apoyo y compañía. Siempre he sentido su soporte, como el de mis hijos, toda una suerte en la vida.